Thursday, February 11, 2016

El Joyero

Le hundió el prendedor, a su amada
Le hundió el prendedor, sin lástima
Y dio en su seno, blanco y pequeño
Con un punto de sangre, por siempre durmió.

Vos querés piedras, pensaba
Vos querés piedras, trabaja.
Le hundió el prendedor.
Le hundió el prendedor.

Y nunca más molesto quedó tendida,
entre diamantes y perlas
El siguió entre sus piedras día y noche, noche y día.

Vos querés piedras, pensaba
Vos querés piedras, trabaja.
El siguió entre sus piedras día y noche, noche y día.


(inspirado en el cuento "El solitario" de Horacio Quiroga.)

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